Estamos de vuelta de las vacaciones, Marido empezó ayer ya a trabajar, a mí me queda todavía una semana, así que mi idea era aprovechar estos días para ir de compras, ir a la playa, a la piscina, comer fuera, en fin intentar que mis hijos se divirtieran y hacer cosas con ellos…. Pero como suele pasar con los niños, los planes se tuercen….
Ayer lunes quise aprovechar la mañana en casa para acabar de ordenar los trastos de las vacaciones y luego por la tarde ya bajar a la piscina, pero llegaron las 14 horas, Niña se despertó de su siesta y oh sorpresa! 38,7 de fiebre…. Dalsy y a esperar… Pasaron 3 horas pero la fiebre continuaba igual, decidí acercarme a urgencias, soy así, eso de esperar a ver como evoluciona el cuadro no es lo mío, siempre pienso a ver si va a pasar algo, así que si veo algo que se sale de lo normal para ellos me acerco al médico.
Pensaba que por eso de ser agosto estaría casi vacío, pero nada más lejos, tuve que esperar una hora para que me atendieran, y al final un cuadro d amigdalitis, paracetamol si la fiebre supera los 38,5 grados y muchos líquidos.
De camino a casa Niña se durmió, la dejé en su cuna y así empezó esa noche… Es la primera mala noche que me da Niña en sus 15 meses de vida, creo que no me puedo quejar, además al menos estoy de vacaciones ya que hasta las 3 no me pude dormir y en el sofá con Niña en brazos y despertándonos cada media hora…
A la 1.30 Niña se despertó de nuevo, estaba ardiendo, 39,2, le di paracetamol y decidí bañarla para refrescarla con un poco de agua que le ayudara a bajar la temperatura, la verdad es que funcionó y después de tomar un biberón volvió a dormirse. Y así hasta las 9 de la mañana en que Niña ha decidido que no quería intentar dormir más, volvía a estar a 38 grados, otra dosis de paracetamol y a empezar el día. Esperemos que esta noche la cosa vaya mejor y mi pobrecita pueda descansar.
Entre mis horas 