Una de las cosas que más me preocupa (entre otras muchas) a la hora de educar a mis hijos es educarles en el amor entre hermanos. Decidí tener dos hijos para que nunca estuvieran solos, para que siempre tuviesen otra persona con la que contar de manera incondicional. Y creo que desde mi posición de madre (y también el padre, por supuesto es algo compartido) debo ser la que fomente que eso ocurra. O si ya ocurre de forma espontánea por el hecho de ser hermanos, pues debo ser la que fortalezca esa unión y no la debilite.
Pienso que los padres si no gestionamos bien este aspecto, podemos ser los causantes de disfunciones en las relaciones fraternales, aunquen sean celos, envidias o rencores.
Así que ahí estoy yo, poniendo todo mi empeño en que no sientan discriminación frente al otro, que no se sientan inferiores o menos valorados que su hermano, que no se comparen sino que comprendan que todos somos diferentes, etc.
El tema de las comparaciones es un punto en el que me estoy fijando mucho para no hacerlo, por ejemplo Niño es muy malo comiendo, como he comentado en otras ocasiones, en cambio Niña es una gozada, pues nunca le digo a Niño: mira tu hermana qué bien come! Porque no quiero que se sienta como que su hermana hace contenta a mamá y él no. Y como esto, con todas las cosas que hagan uno diferente del otro. Regla número 1: No comparar
Por otro lado intento fomentarles que compartan, que jueguen, que disfruten juntos. Esto es más complicado, porque aún son pequeños y se enfadan si se cogen los juguetes y esas cosas pero siempre intento mediar para encontrar alguna decisión salomónica que sea de satisfacción para los dos. Regla número 2: Compartir
Luego están los momentos en que se pegan, ahí tengo que ser un poquito más dura y reñir, pero siempre intento generalizarlo un poco: no se pega ni a tu hermana ni a nadie, para que no culpabilicen al otro por la regañina. El principal ejemplo: a que la mama no os pega? Pues vosotros tampoco tenéis que pegar. Regla número 3: Predicar con el ejemplo
Esto también incluye que tengo que ir rectificando y trasladando esta información a los abuelos principalmente, para que ellos no fomenten lo que yo quiero erradicar.
Una vez leí un artículo en el que explicaban el concepto del hijo favorito. No lo planteaban como un tema de amor, sino más bien como un tema de afinidad. Explicaban que los padres sienten más predilección por aquel hijo que tiene unos gustos más parecidos a los suyos propios, con el que comparten más cosas o con el que se llevan mejor. Puede que esto tenga cierta lógica desde un punto de vista científico, pero desde luego como madre jamás me perdonaría que uno de mis hijos se pudiera sentir desplazado en este sentido.
Sé que quedan muchos años por delante y que habrá temporadas complicadas y que cada uno de mis hijos tiene su personalidad y me darán diferentes alegrías y dolores de cabeza, pero creo que lo importante es inculcarles que esto no es una competición, que cada cual hace las cosas a su manera y que cada uno es bueno en unas cosas y no tan bueno en otras y que no tienen por qué ser mejores ni peores.
Mi máximo objetivo es que mis hijos encuentren apoyo entre ellos, que se ayuden y se cubran si es necesario, que no vengan a contarme los chismes del otro para fastidiar, que sean una piña y que cuando crezcan y formen cada uno su familia, sepan que siempre pueden contar el uno con el otro porque eso es lo que vivieron en casa de pequeños. Sé que aquí entran en juego otros factores, pero espero y deseo poder construir esa base de una manera sólida.
Hace poco leí un post (que me perdone la bloguera pero no recuerdo ni blog ni post…) donde se recomendaba un libro: Hermanos, no rivales y desde entonces tengo ganas de adquirirlo para ver qué consejos y pautas se dan para todo esto que me ronda por la cabeza. A ver si encuentro hueco para pasarme por la libería, porque ni eso tengo….
Es muy difícil tratar a dos hijos por igual, casi imposible aunque lo tengamos en mente, más que nada porque suelen tener caracteres y capacidades distintas… Tengo dos hermanos mellizos, son como el día y la noche, no se parecen en absolutamente nada. Además, uno nació con labio leporino, lo que le obligó a entrar en un quirófano siendo bebé, luego tuvo problemas de oído, nunca fue buen estudiante y es inseguro…su hermano mellizo ha sacado sobresalientes toda la vida, sabe tres idiomas, entre ellos chino, triunfa con las chicas… cómo puedes educar a dos niños tan distintos de la misma manera??? lo que sí que creo es que, como bien dices, hay que predicar con el ejemplo…. Si sabemos ver las diferencias entre hermanos con naturalidad, ellos mismos no las sentirán como ofensa… Es más, sobre la relación entre hermanos he escrito un montón de veces y, con el segundo, no haces las mismas cosas que con el primero….
http://nosoyunadramamama.com/2014/07/09/la-influencia-de-los-hermanos/
Me gustaMe gusta
Estoy de acuerdo contigo, son diferentes pero a eso me refiero, que quiero que vean sus diferencias como normales pero no que uno sea mejor que otro, y eso es lo que no quiero transmitirles. Que cada uno tiene sus cualidades y que los queremos a los dos por igual. Mi objetivo es que ellos también se quieran y se apoyen, no que sean iguales, pero que dentro de sus diferencias encuentren un punto de unión. Igual no me he explicado bien pero mi intención es que se quieran y tengan una buena relación y creo que la forma en que los tratamos puede influir. Soy consciente que no los tratas igual porque lo he vivido jajaja al segundo no le prestas las mismas atenciones que al primero en su día por falta de tiempo, pero sí que intento inculcares los mismos valores. Me paso por tu post! Gracias por tu opinión!
Me gustaMe gusta
Si, tranquila, te explicaste bien… yo lo que decía es que lo difícil es llevar a cabo todo esto en la práctica pero creo que los que dices de inculcar los mismos valores es la clave!!!
Me gustaMe gusta
Ufff dificilísimo, por eso me preocupa transmitirles mensajes negativos. Y más con los nervios a flor de piel, que si no es uno es otro!!! Jajajaja que me lían cada una….
Me gustaLe gusta a 1 persona
ánimo, es un tema delicado. Aunque soy de las que piensan que es muy difícil hacerlo igual con todos, al final las circunstancias en las que llegan nunca son las mismas… un abrazo
Me gustaMe gusta
Sí es complicado. Lo único que quiero es que se vean como compañeros y no como rivales. Claro que con cada uno actuamos de una manera porque nos adaptamos a ellos pero que se sientan igual de queridos
Me gustaMe gusta
Pues estoy completamente de acuerdo con lo que dices y espero ser capaz de hacerlo cuando Redondo tenga un hermano o una hermana. Tus tres reglas me parecen primordiales, pero en mi caso, lo difícil va a ser metérselo en la cabeza a las abuelas…
Me gustaMe gusta
Ay las abuelas! Ellas pues siguen haciendo lo que antes, pero los tiempos han cambiado! Es complicado que lo apliquen y más si tú no estás delante, pero al menos se debe intentar! Un beso!
Me gustaMe gusta
en las mismas me hallo yo…. y es tan difícil… pero en casa estamos poniendo todo de nuestra parte y cuando estamos solos hacemos examen de conciencia mi marido y yo para evitar conductas o frases que hayan podido menospreciar a alguno de los niños… parece que no va tan mal la cosa porque se quieren y protegen aunque hay días (como hoy) que desde primera hora están peleándose) feliz día
Me gustaMe gusta
Es normal que se peleen a veces, pero lo importante es que se quieran! Sí, a eso me refiero yo que no se sienta inferior ninguno de ellos, aunque tratemos a cada uno según su personalidad. Feliz día para ti también!
Me gustaMe gusta
Que bueno que tienes esa manera de pensar y las reglas que has propuesto en especial «no comparar», cada uno con su forma de ser y personalidad diferentes, eso no los hace ni mejor ni peor, cada cual a su ritmo y el principal reto es que los familiares cercanos y personas que comparten mucho con ellos entiendan estas reglas o forma de actuar.
Me gustaMe gusta
Sí, es que se tiende mucho a comparar porque se espera siempre un patrón determinado de comportamiento, que es el «bueno», pero no todos somos «buenos» en los mismo y hay que respetar esas diferencias para evitar las rivalidades entre hermanos, o así lo veo yo vamos! Un beso guapa!
Me gustaMe gusta
Yo empiezo a plantearme cómo será su relación, la mía con ellos, y de verdad que me valen mucho tus reglas y pienso aplicármelas. Además, últimamente que me fijo más en las reacciones de padres ante sus hijos, he llegado a la conclusión que no quiero «tratarles igual» porque no serán iguales, cada uno tendrá su carácter con sus virtudes que habrá que potenciar y admirar y sus defectos que habrá que conocer y respetar. Respetando sus diferencias creo que les fomentamos más la seguridad en sí mismos. Un beso
Me gustaMe gusta