Mis diferentes experiencias con la lactancia

Siempre tuve claro que quería dar el pecho a mis hijos, simplemente lo sentía así.

Niño nació por cesárea y me dijeron que era posible que la leche tardara más en subirme, pero Niño desde que nació se pasaba el día enganchado al pecho, desesperado perdido, esa misma noche lloró desconsolado porque el calostro no le saciaba, y tuvieron que darle una jeringa con leche de fórmula, fue tomar eso y calmarse y dormirse. Pero como él era muy insistente y estaba enganchado al pecho a todas horas, en dos días la leche hizo su subida. Los primeros días fueron más duros, ya que se me irritaron los pezones, nada que Purelan no pudiera arreglar, y en menos de una semana ya no notaba ninguna molestia. La lactancia se instauró bien, Niño mamaba muy a menudo aunque poco rato, a veces me llegaba a pedir hasta tres o cuatro veces con intervalos de 15 minutos. Le daba pecho a demanda, y la verdad es que fue muy absorbente, porque el pecho le servía como relajante y fuente de seguridad para todo, además de alimento, era un niño muy demandante, que me absorbía mucho. Sobre los 5 meses, con mi reincorporación al trabajo, introdujimos también el biberón y la leche artificial. Tenía un sacaleches eléctrico, pero se me hizo muy pesado tenerme que sacar la leche, así que por las mañanas tomaba leche de fórmula y por las tardes y noches, pecho. A veces intentaba darle algún biberón por las noches, pero lo rechazaba y buscaba el pecho.

Creo que en todos los sitios donde fui con Niño durante sus primeros seis meses de vida, tuve que hacer paradita para darle pecho.

Cuando Niño tenía 10 meses me quedé embarazada de Niña. El pediatra me dijo que tal vez se destetaba solo, porque la leche cambia y a veces deja de gustarle, pero yo creo que a Niño lo que le gustaba era el pecho en sí, más que la leche, así que de destete nada de nada.

El embarazo siguió adelante. Por las noches, Niño se dormía al pecho, pero para la noche le colocaba un biberón lleno en la mesita, y cuando se despertaba lo cogía él solo, con lo que me ahorré unas cuantas paseadas noctunas. Llevábamos una lactancia tranquila, con las tomas limitadas a los momentos de dormir y algún momento de dolor o angustia. Y siempre que él quisiera. Pero no solía pedirlo si no necesitaba consuelo de algún tipo.

Y entonces nació Niña. Tenía claro que practicaría la lactancia en tándem, aquí os cuento mi experiencia. Yo pensaba que Niño seguiría haciendo las mismas tomas que en ese momento y que el resto del tiempo me dedicaría a Niña. Pero nada más alejado de la realidad…

Mi experiencia con Niña fue bastante diferente. Cuando ella nació también se enganchó al pecho como su hermano, pero su ritmo era otro. Era una niña muy tranquila, que dormía casi todo el rato, pedía pecho de vez en cuando, pero no necesitó «ayuda», con el calostro tenía suficiente y en un par de días, tuve la subida de la leche. Parece mentira pero aunque tenía ya leche, esta me desapareció para dar paso al calostro, así que con este líquido realmente tienen que tener suficiente. En cuanto fuimos a casa, Niño empezó a pedir cada vez que ponía a Niña al pecho, y así íbamos haciendo.

A los 20 días de vida le dimos su primer biberón de leche artificial. Niño se despertó de madrugada con un ataque de laringitis, lo llevé a urgencias y le dejé a Marido preparado todo por si tenía que darle biberón, y así fue porque estuve 4 horas en urgencias. Ya he comentado que el sacaleches me parecía un engorro.

Niña lo tomó bien y a partir de ese día, empezamos a introducir la lactancia mixta, a veces porque tenía que estar con Niño, a veces porque Niño ya me había vaciado el pecho, … El caso es que Niña también era muy glotona y empezó a gustarle más el biberón que el pecho. 

Cuando Niña tenía unos 4 meses, la obsesión de Niño por el pecho era tal, que empecé a vivir la lactancia con angustia, dejé de disfrutarla, y decidí destetar a Niña, a ver si así Niño también lo dejaba. Niña lo aceptó tranquilamente, pero Niño no cambió su actitud para nada, pero esto ya os lo conté en esta entrada.

Me supo mal destetar a Niña tan temprano, mientras que Niño tuvo una lactancia prolongada hasta los 2 años, pero prioricé, y consideré que darle pecho sin ganas y como una obligación tampoco era beneficioso para ella.

También es cierto que Niño siempre fue un niño muy demandante, que necesitaba mucho contacto físico conmigo, que el pecho para él era mucho más que alimento y siempre lo buscó.

En cambio, Niña siempre ha sido mucho más independiente, siempre ha rechazado el contacto para descansar, y nunca me pedía concretamente pecho, el biberón la saciaba mucho.

Así que la manera de vivir las cosas con cada hijo es diferente, depende de tu situación en cada etapa, de sus necesidades, de su carácter, etc.

Siempre defiendo que no hay una única buena manera de criar, sino que lo ideal es aplicar en cada momento lo que mejor nos funcione para el buen funcionamiento de toda la familia.

Aún ahora, cuando Niño me ve el pecho me lo toca e intenta mamar, muchas veces le dejo que lo haga y le digo que ya no hay leche. Él me recuerda que cuando era pequeño tomaba leche de la tetita de la mama. No se puede ser más dulce.
Qué tal vuestras experiencias con la lactancia?