Obligar a comer?

  
Nunca he practicado ningún método para que los niños coman, simplemente he ido haciendo sobre la marcha. La verdad es que nunca he sido una madre obsesionada con la comida y menos aún con la cantidad. Mis dos hijos son completamente diferentes a la hora de comer, bueno, como en casi todo…
Niño siempre ha sido mal comedor, de poca cantidad y de muy poca variedad. La verdad es que nunca le obligué a comer, y sigo sin hacerlo. Nunca ha tenido deficiencias debidas a poca alimentación, el niño crecía sano, y es de constitución delgada, así que nunca me ha supuesto un problema que comiese poco. Es cierto que es pesado, que da más trabajo, pero cada niño tiene sus preferencias, igual que los adultos. Nunca he entendido esa obsesión por que coman de todo, primero, segundo, postre y el plato rebañado. Yo, siendo adulta, no como de todo, muchas veces como plato único y a veces, no me termino todo el plato. Qué le vamos a hacer! Comprendo que mi hijo tenga más apetito unos días que otros y que coma cuando tenga hambre. Nunca le he obligado a terminarse el plato, ni tan siquiera a comer un poco si no quería. La gente a veces me dice (sobre todo la familia): y este niño no come nada? Pues ya comerá si tiene hambre. Y lo que más rabia me da: pues si no comes no irás a jugar. El pobre siempre me mira y yo siempre respondo: irás a jugar igualmente, no te preocupes. No quiero que sienta presión por comer. Yo era malcomedora de pequeña y sé lo que es comer obligado y lo mal que se pasa, las arcadas, y las bolas en la boca que sólo me podía tragar bebiendo agua, y eso que mi madre tampoco era excesivamente estricta en este aspecto. Y tengo que decir que a día de hoy, y ya hace muchos años, como fantásticamente bien y además, me encanta.

Con Niña todo ha sido muy distinto. Ella siempre ha comido muy bien, en cantidad y variedad, siempre ha probado todo. Ahora sigue comiendo bien, pero cuando no quiere tampoco pasa nada.

A veces pienso que tal vez soy rara, como en tantos otros aspectos, pero es que nunca he estado obsesionada, ni tan siquiera preocupada por si mis hijos comen más o menos, evidentemente estando sanos y felices.

Cuando Niño era más pequeño, muchas veces le daba la comida mientras jugaba, el caso era que comiese, y lo hacía mejor si estaba entretenido, a veces, ni tan siquiera nos sentábamos a la mesa, y sabes qué? No se ha convertido en un salvaje, ahora come a la mesa, sentado en la silla, y sin jugar. Todo a su tiempo, sin prisas, todo llega.

Es cierto que tienen que recibir una buena educación alimentaria, pero creo que eso nada tiene que ver con hacerles pasar un mal rato en las comidas. 

Así que sigo apostando por mi «técnica», que ellos puedan decidir, dentro de unos límites, cuándo y cuánto quieren comer.